Acción Contra el Fascismo

Acción Contra el Fascismo

Por Alex Amaro | @alexamarokc

La nefasta marcha en Friusa ya se consumó.

Los trujillistas, conjurados contra los trabajadores inmigrantes haitianos, se dieron cita junto a una turba de provocadores pagados, con el objetivo de sembrar el miedo entre los residentes de Friusa tras semanas de acoso mediático basado en diatribas y mentiras sobre la convivencia en la comunidad.

Tal como advertimos, la marcha terminó en violencia. Era uno de los objetivos de sus organizadores: alentar ataques contra la comunidad haitiana.

El discurso de odio y los llamados a la violencia ahora cobran nuevo impulso mediante una peligrosa convocatoria a paro nacional. Todas las organizaciones democráticas, sociedad civil, movimientos de derechos humanos, colectivos antirracistas y organizaciones políticas, deben rechazar esta maniobra con determinación.

La responsabilidad del gobierno y los partidos

El avance del nuevo trujillismo tiene cómplices. El gobierno de Luis Abinader y el PRM han inflado con esteroides a las organizaciones paramilitares antihaitianas que convocaron la marcha, buscando rentabilidad política en medio de la crisis humanitaria y migratoria que vive Haití. Mientras tanto, partidos opositores como el PLD y la FP, han optado por la ambigüedad y la complacencia, permitiendo que dirigentes de sus filas apoyaran estas manifestaciones de odio, el ataque mediático y la violencia en Friusa.

Los sectores progresistas debemos responder con urgencia, civismo y valentía, sin caer en provocaciones, pero con un rechazo frontal al fascismo y con propuestas concretas para abordar la crisis migratoria. Nuestra lucha debe estar basada en el respeto a la dignidad humana y en la búsqueda de soluciones viables y justas.

Hacia una solución real de la crisis migratoria

La solución a la crisis migratoria haitiana requiere reconocer una verdad elemental: la economía dominicana depende de la mano de obra inmigrante. Agricultura, construcción y turismo requieren trabajadores haitianos por sus habilidades y condiciones laborales. Negar esta realidad solo perpetúa la hipocresía estatal y empresarial.

El gobierno debe asumir su responsabilidad en la regulación y facilitación de un flujo migratorio ordenado, acorde con la demanda del mercado laboral y enmarcado en la legalidad. En lugar de militarizar la frontera con enormes recursos, el Estado debe garantizar un sistema de contratación justo y transparente. Todos sabemos que la corrupción en la frontera permite el tráfico de inmigrantes, beneficiando a sectores militares y políticos. Es hora de exponer y desmontar este entramado de impunidad.

Movilización contra el trujillismo

Mientras tanto, los sectores progresistas debemos tomar las calles y frenar a los grupos paramilitares trujillistas. Es momento de asumir nuestra responsabilidad histórica y convocar una gran jornada de movilización antitrujillista. Debemos recordar la tragedia de la dictadura y profundizar las demandas por más derechos y una democracia auténtica.

2028: La batalla en las urnas

Algunos de los responsables de esta marcha fascista ya anuncian su intención de competir en las elecciones de 2028. La respuesta debe ser contundente: derrotarlos también en las urnas.

Debemos construir una amplia coalición social y política que enfrente a los remanentes del trujillismo, rebautizados como “trumpismo tropical”. Esta tarea es urgente; no podemos esperar al último momento.

Es imperativo crear un espacio electoral progresista que unifique las mejores candidaturas en todo el país. Se requiere humildad, empatía y sentido de pertenencia para que las distintas expresiones políticas progresistas converjan en una plataforma común. Solo así podremos disputar el poder en todos los niveles del Estado y materializar las aspiraciones históricas del pueblo dominicano.

Una vez muerto Trujillo, el trujillismo nunca más.



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